viernes, 16 de mayo de 2014

Tendencias de los Almacenes Populares

En la mayoría de los países europeos el almacén popular, en el momento de su aparición, dio inicio a una nueva “rotación” y consecuentemente a una mutación. Llamados en su origen “populares”, es decir, centrados sobre una clientela modesta, de menos poder adquisitivo, este tipo de establecimiento tal vez ya no merezca su nombre.

Desde su aparición, con un posicionamiento basado en bajo precio, su surtido se ha ampliado, sus ubicaciones se han extendido, han creado marcas propias de distribución, sus servicio se han multiplicado. Todo ello le ha llevado a incrementar los gastos totales y consecuentemente sus márgenes comerciales. Para un almacén popular “tipo”, según datos derivados de Dupuis Eurostaf-dafsa, el margen comercial se sitúa entre el 21% y el 27% y los gastos totales se estiman entre el 19% y 25%, de los cuales entre el 10% y 14% son gastos de personal.

Estas circunstancias les conducen también a ser vulnerables, y a fases del ciclo de vida en estos momentos muy semejantes a la de los grandes almacenes.
En declive de los países industrializados desde hace más de 15 años, las excepciones siguen siendo Gran Bretaña, donde dicha fórmula incluso experimenta crecimientos, y España, donde nunca tuvo un gran desarrollo.

Así puede decirse que el almacén popular es una fórmula comercial en fase de madurez o declive, pudiéndose explicar este declive por la tendencia a la diferenciación y segmentación de la demanda y a la fuerte competencia efectuado por el gran comercio especializado y el hipermercado. En particular, el éxito de los hipermercados y, posteriormente, de los “maxi-descuentos”, junto con el de la venta por catálogo, han perjudicado a las tiendas populares.

Actualmente en Francia existe una sola cadena de tiendas populares, la marca MONOPRIX. Y aún así, la mitad de su capital pertenece a la cadena CASINO. Más aún, Marks & Spencer, que fue durante mucho tiempo un modelo, por no decir un verdadero mito para los distribuidores, gracias a su estrategia de venta exclusiva de su marca propia ha tenido que renunciar a todas las filiales europeas para replegarse a su mercado nacional.

A finales del 2000, Marks & Spencer tuvo que reducir considerablemente su número de tiendas internacionales. En particular fueron vendidas a empresas españolas (El Corte Inglés), en Francia (Les Galeries Lafayette) y lo mismo sucedió en Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Alemania y EEUU.

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